Y nunca mejor dicho, xd. No es que me haya topado con muchos perros, no; esta entrada es más sutil que eso. Pero supongo que como a todos, a veces tienes tus días buenos y otros tus días...¿asquerosos, horribles, inauditos? En fin, un montón de cosas.
Y es que hoy llevo un día en el que estoy superagotada. Todo empezó con el sueño que tuve mientras dormía (uno de ellos, al menos), en el que me despertaba súper pronto y les metía prisa a mis padres porque tenía que estar en el colegio a las 7:00 y era las 6:45, y de la mañana (y eso que el horario habitual ronda las 8:00) Vamos, que cualquiera se anima a levantarse temprano después de eso, y como encima ayer me acosté un pelín tarde... Sigamos; antes de salir de casa, cogí mi bolso de gimnasia que había preparado 12 horas antes y de repente...¡se me rompe la cremallera! Porque resulta que mi conejito había mordido la bolsa de un modo en el que no hay forma de hacer que ésta se cierre. Y como encima tenía que salir ya de casa, no me dio tiempo a cambiarla (ya me estáis viendo paseándome con un bolso grande abierto por completo, qué vergüenza :3). A primera hora, tras sonar el timbre de las 8:30, Educación Física, así que tocaba ensayar el baile (por fin lo hemos terminado!!) y eso me ha dejado agotadísima y acalorada.
Y para colmo, de una asignatura súper pesada pasamos a una que aunque me gusta mucho, los martes se me hace difícil de seguir por el agotamiento y la pesadez del profesor.
Luego recreo; nos pilla un fuerte vendaval que nos hace cobijarnos dentro de una cafetería.
Ya después de clase, corro para llegar a la parada del autobús, azotada por el fuerte viento y la lluvia. Y a sólo tres pasos de ésta, veo cómo la villavesa se va y me deja tirada, abandonada.
Luego la parada se va llenando de nuevo y se me pone delante una vieja que me hacía tapón. Y encima muchos miraban el aspecto lamentable que tenía con el bolso de gimnasia totalmente abierto, y a mí sujetándolo para impedir que se me escapara (o me entrara) algo.
Si el viaje en la villavesa ya fue agotador por el simple hecho de ir en pie todo el trayecto, al bajar ya sólo podía pensar en mi casita tranquila y calentita, con sus sofás cómodos, mi camita... Pero sin nada de tiempo para descansar, porque mañana tengo examen y encima el viernes también, y además tengo que quedar algún día de esta semana para ensayar otra vez.
La vida es agotadora, y los martes todavía más. ¿Lo bueno? Que apenas nos mandan tarea estos días, por eso se tiene más tiempo libre (en general). Y mi rutina es siempre la misma: dejar que pase el fin de semana para a partir del lunes desear que vuelva lo antes posible, XD.
Un día de perros
Como Alicia, pero en el País de las Tonterías
Veamos..., ¿por dónde empiezo? Vivo con una familia en una ciudad del norte de España. Mi padre es mi alma gemela, con él me entiendo a la perfección. Tengo una hermana, aunque es pequeña, y una madre simpática a ratos.
Un día, cuando era pequeña, el mundo se torció y me vi atrapada en un País de las Locuras donde yo era la ingenua que se lo creía todo, la que pensaba que el mundo podría ser mejor. Tal vez fuera porque aún no había aparecido el conejo blanco que me guiaría a mi verdadero mundo.
De modo que esperé un tiempo a ese conejo mientras me sentía enormemente aburrida, y para cuando llegó, ¡qué sorpresa!, pues no era blanco sino negro, xd.
Así que ahora estoy atrapada en un país que nada tiene que ver con el de las Maravillas. Aquí los sombrereros locos son todos aquellos que tienen sueños que no se pueden cumplir; la reina de corazones es tal y como se conoce a la política. El gato de Chesire no sólo no aparece, sino que además intentan confundirlo con la conciencia. No hay orugas azules, sino verdes, y las flores son más pequeñas que la palma de mi mano.
¿Dodos? Se extinguieron. Tampoco preguntéis por la liebre del "Feliz no cumpleaños", porque ahora se dedica a correr.
Ahora el papel de "flores" lo ejercen las chicas con esos atuendos tan llamativos que cotorrean y cotorrean sin parar. La "liebre" de verdad tiene prisa para todo y es hiperactiva.
En este país la gente puede pintar rosas tanto de blanco como de rojo, porque total, a nadie le importa. Las cartas de la baraja han sido sustituidas por los robots y el auténtico galimatazo a quien tengo que matar es al dichoso Futuro-No-Concertado.
Si la cordura vencía a la locura, ahora es al revés. Quien pudiera ser Alicia en un País de las Maravillas, en vez de una "no" Alicia en el país de las Tonterías. Porque aquí, el mundo se cree listo y por eso es tonto, no como en un mundo en el la gente se cree tonta, pero es feliz.