La graduación es...algo inesperado. No en el sentido que uno piensa con dicha palabra, sino más bien distinta a cómo pensabas que sería.
Toda tu vida has tenido presente este momento, y sabes que pronto llegará la hora de realizar la tuya; te ves lista, preparada para despedirte de todo el mundo. Pero cuando llega la hora, tus fuerzas flaquean.
Amigos, compañeros, a los que ya no volverás a ver porque se van de la ciudad. Profesores cuyas clases echarás de menos. Las fiestas del colegio, las excursiones, los viajes.... Todos esos recuerdos son ya los únicos que permanecerán contigo en esta nueva etapa, y no serán pocas las veces que desees volver a ellos.
Una vez salgas del colegio, habrás empezado una nueva vida, porque con la graduación se cierra una etapa y se abre otra. Ya no tendrás a gente conocida a tu lado en esta nueva etapa, tendrás que empezar de cero. Es posible que te asustes, pero recuerda que todo el mundo se sentirá como tú. Para hacer frente a la universidad debes recibirla con los brazos abiertos y aprovechar el verano para despedirte de tus amigos. Ya no los tendrás para tomar con ellos un café entre clase y clase, ni para que te ayuden con los deberes ni para que estudiéis juntos.
Tú seguirás tu camino y ellos, el suyo.
Por eso la universidad supone empezar de cero.
Necesitarás tiempo para habituarte a los nuevos horarios, la nuevas clases, los nuevos profesores. Tendrás más tiempo libre, que tendrás que distribuir bien para poder estudiar la lección y llevarla al día o se te acumulará todo, pero eso como en cualquier lado.
De vez en cuando, si tienes tiempo, hasta podrás visitar tu antiguo colegio, saludar a tus profesores, compartir con ellos anécdotas y cosas sobre la universidad, pedirles consejo.
Una vez que has dejado de ser su alumn@, las relaciones con ellos se vuelven más amistosas que profesionales. Pero de alguna forma, sabes que ya no les podrás pedir ayuda como antes; ellos ya te educaron y te prepararon para este momento, ahora debes llevar tú las riendas, buscarte la vida. Serás mayor de edad dentro de poco si no lo eres ya. Un año se pasa volando.
No te sientas disgustado si el primer día no conoces a nadie. Tienes todo el curso por delante, y los trabajos en grupo te ayudarán a socializar, así como horas y horas de clase compartidas.
Y aún estando preparándote para los exámenes finales antes de Navidad, volverás la vista atrás y recordarás el momento que tanto cambió tu vida y la de tus compañeros: la graduación.
Volverás a recordar cada detalle: la música que bailasteis, la comida que cenasteis, el vestido que llevaste... Y seguro que sonreirás al recordar la variedad de discursos de despedida, por parte de profesores y alumnos. Puede que incluso tú misma desees ir a la graduación de tus compañeros que ahora estarán en 2º de Bachillerato. Querrás estar ahí con ellos para apoyarles y decirles lo bien que les irá en la vida.
Con el paso de los años, irás perdiendo esa costumbre, hasta que tan sólo quedes tú, tú y sólo tú.
Porque es una nueva etapa, y las nuevas etapas exigen cambios.