Óyelos, están ahí.
Flautas en medio del silencio.
Susurrando melodías de angustia.
Corren, se deslizan.
Aguas sin destino en un mar de sueños rotos.
El aire se agita
Llueve sobre la hierba pegajosa.
La oscuridad nubla los troncos del círculo.
Cascadas, suenan las flautas.
Do, re ,mi, fa alto.
No queda salida.
No queda esperanza.
Solo susurros en la noche.
Negro es el abismo
Negro es su vacío.
Ahí en el pecho
falta un hueco.
Gotas que forman ríos sobre las laderas sin hierba
Y caen sin aliento salpicando su agonía.
Y se deshacen. Y vuelven a nacer
cual fénix de las cenizas.
Pero no es ardor lo que siente.
Es frío. El frío nocturno.
El frío del invierno.
El frío del hueco vacío.