Lágrimas azules que se tornan grises y salpican un mar de espuma rabiosa, en una tormenta de nubes negras.
"Nubes negras".
Negro es todo lo que ve. Negro es todo lo que es.
Agita los brazos y sale a la superficie, para ser arrollada de nuevo por la brava ola.
Flota en ese estado lamentable, encogida.
Tiembla hecha un ovillo, como si estuviera en tierra.
Le gusta la tierra; es cálida y sólida. El mar es frío, oscuro, misterioso. En la superficie no ves el fondo. En el fondo la superficie queda muy lejos.
Pero lo peor no es eso. Lo peor es la magnitud. Mire donde mire, siempre ve agua, burbujas por todas partes. Solo está ella. Solo está el mar. Pasa mucho tiempo antes de que un pececito decida asomarse por allí.
El resto del tiempo está sola, en una tormenta de nubes negras.
Y ella quiere nadar, alejarse de ese océano tempestuoso y hostil y llegar a tierra, donde le esperan sus amigos, donde le espera su familia. Pero no encuentra el camino Y nada y nada, y solo hay oscuridad.
Arriba y abajo, derecha e izquierda, atrás y adelante.
Mire donde mire, vaya donde vaya, piense lo que piense, el mar no desaparece.
Y quizá nunca lo haga.