A veces, cuando la gente se prepara para algo, hay un momento en el que se descuida y baja la guardia. Justo en ese momento, sucede lo que tiene que pasar. Y no siempre tiene que ser previsto, sino que la mayoría de veces se da cuando nadie se lo espera, a medias claro. Como ha pasado hoy.
Mi abuelo paterno ha muerto.
Era algo que ya se veía venir, el pobre hombre estaba muy débil y tenía un aspecto..., pero la noticia ha sido chocante, aun así.
Eran cerca de las 6:30 de la mañana cuando me despertó un ruido. Yo estaba feliz, soñando con cosas raras otra vez, y oí a mi madre llorar y decir algo con voz desconsolada. La oí correr por el pasillo hasta la habitación de mi padre (duermen separados). Como comprenderéis, yo aún no estaba muy despierta, tan sólo el cerebro lo estaba, y me costó reaccionar. Pero en cuanto oí a mi hermana abrir la puerta de su cuarto para ver que pasaba y unos segundos más tarde, la oí llorar, ya no pude más. Lo primero que pensé fue que le había pasado algo a mi madre (no sería la primera vez que nos despertásemos en la madrugada para socorrerla) y hasta pensé en mi conejo, ¡en mi conejo! Y cuando abría la puerta y vi a mi padre ya preparándose a toda prisa y a mi madre abrazando a Bibi, supe que no era ella la que estaba mal.
Cuando me dieron la noticia, entré en shock, literalmente; no me salieron las lágrimas. Lo único que se me ocurrió fue ir a abrazar a las dos, y transcurridos unos instantes, me puse a llorar también. Luego volví al cuarto, pero no pude dormir. Mi padre acababa de marcharse, y yo estaba más desconsolada que nunca.
Mi madre me dijo que podía decidir si ir o no a clase y elegí ir. No me malinterpreteis, no es que fuera precisamente una buena opción, pero era la que necesitaba yo. Aún sigo pensando en que no me hubiera ayudado mucho quedarme en casa para seguir pensando en él. Necesitaba distraerme, y además, tenía un examen y también debía entregar una autorización.
Así que, de camino a la parada del autobús (tenía que cogerlo porque mi padre no podía llevarme) me puse a escuchar en mi móvil una canción: Cut, de Plumb. Nunca pensé que pudiese llegarme al alma tal balada, pero lo hizo. Porque al escuchar la canción evoqué todos los momentos, o al menos los mejores y los peores, que había vivido con mi "yayo", y me puse a llorar otra vez.
Lo siguiente más duro fue decírselo a mis amigas. Aunque ya pensaba que había llorado suficiente y que el resto del día sería "normal", a la hora de dar la noticia...fue horrible, sobre todo porque no sabía cuál iba a ser su reacción. Por supuesto, todas me consolaron, me abrazaron y me dijeron que si no estaba bien que me fuera a casa. Yo les dije que si, pasadas dos horas, aún seguía deprimida, lo haría.
La primera hora fue la peor. Teníamos Historia y estábamos hablando de la economía del periodo de entreguerras, y justo va el profesor y nos dice "Preguntad a vuestros abuelos cuándo consiguieron ellos la primera televisión". Fue muy brusco y tuve que hacer un gran esfuerzo por no ponerme a llorar de nuevo en mitad de la clase (no me interesaba que todos empezaran a compadecerse de mí, por eso sólo se lo había dicho a mis amigas. Claro que si al final decidía marcharme, hablaría con mi profesor). El resto de las clases transcurrieron normal, y consiguieron que la muerte me afectara menos (hasta sonreí y reí unas cuantas gracias), pero de la forma menos lógica, ¡me sentí mal por no llorar por mi abuelo! Increible, ¿no? Mi mente estaba hecha un lío.
Ahora que estoy en casa, estoy mucho mejor. Mi madre me ha contado algunos detalles, como que cuando estaban sacando el cuerpo del abuelo del piso por el ascensor, éste se atascó y tuvieron que abrilo los cerrajeros. Como ha dicho ella, es como si él no quisiera marcharse, curioso. El funeral y el entierro son mañana, y ese día sí que no iré a clase; total, tan sólo me pierdo una actividad cultural en unas centrales de energía, tampoco es para tanto. Y mi abuelo es más importante.
Lo que peor me sabe es que ayer fuimos yo y mi hermana a visitarlo ¡y estaba bien!, dentro de lo que cabe, claro está. Si hasta me sonrió, o algo muy parecido. Y al hablar se le entendía mejor.
Por eso todavía asimilo la rapidez de los hechos. Ayer, vivo; hoy, muerto.
La foto de arriba es la última que nos sacamos con él, hará ya una o dos semanas. Estamos todos sus nietos. Esa foto la guardaré para siempre, como un tesoro. Es una de las más bonitas.
Espero que él esté bien, allá donde esté. Es en estos casos cuando uno suplica que de verdad exista un cielo para las almas, y yo lo hago. Al menos ahora hará compañía a mi abuela.
A mí ya no me queda más abuelo que el padre de mi madre, que vive en Brasil, así que aquí me he quedado sola. a veces, cuando iba a visitarlo, pensaba en cómo sería estar con la abuela hoy en día. Dentro de un par de años, me preguntaré lo mismo con el abuelo, porque ya nunca verá cómo me graduo, ni cómo saco la carrera...etc. Qué triste, pero así es la vida :(.
Ah, el examen me ha salido bien. Pero creo que si se hubiese muerto ayer o antes de ayer, no habría tenido muchas fuerzas para estudiar.
Hoy, le dedico el tema Cut, como forma de despedida.
3 comentarios:
Ohh Nai, lo siento mucho :(
Yo sé de lo que hablas, porque yo también me he quedado sin abuelos, el papá de mi papá y el papá de mi mamá, ambos murieron. Es muy triste, y en esas ocasiones yo también quedé hecha un lío. Como tú dices, es extraño pensar que la persona que siempre estuvo ahí de pronto desaparece. Ya no está. Pero seguro que tuvo una buena vida, al menos tenía nietos que lo querían y lo iban a visitar (hay muchos abuelos que se quedan solos y sin nadie que les de cariño). Seguro que donde está, está bien.
Espero que estés mejor, que no sigas triste. Quizás tu abuelo ya no esté, pero si lo recuerdas, si recuerdas todos los buenos momentos que pasaron juntos, de cierta forma seguirá estando contigo. Si no lo olvidas nunca, casi es como si no hubiera muerto :) Cuidate mucho Nai, fuerza y ojalá que te vaya bien en todo.
Muchas gracias, Lauri. Tus palabras me han animado un montón, no te puedes hacer una idea. Tienes razón, el tiempo curará la herida y los recuerdos bonitos serán preservados por siempre.
Muchísimas gracias :)
Ayy... No sabes lo mucho que me ha tocado esta entrada. Y mucho más la fotografía...
Hace ya 6 años (sí, seis años... Cómo pasa el tiempo, lo recuerdo como si fuera ayer) me pasó casi exactamente lo mismo. El día anterior había visitado a mi abuelo (el paterno, también) y le había visto bastante bien. Incluso se había tomado la molestia de decir un par de bromas... Pero igualmente le veía mucho más delgado que antes, pálido, ojeroso, demacrado... No estaba igual.
Entonces, me fui a dormir a casa de una amiga y recuerdo que me vinieron a buscar muy pronto, y subí al coche... Vi que estaba mi madre muy seria, y entonces se puso a llorar y me lo contó. ¿Mi primera reacción? La misma que tú. Estado de shock. Me quedé un rato intentando asimilarlo, pero no me salieron las lágrimas. Pero al cabo de un rato, empecé a llorar como una magdalena, (cuando estuve sola), desesperada. Le echaba tanto de menos... Por suerte era fin de semana y no fui al colegio. Pero cuando fui y se lo dije a mis amigas, también me puse a llorar delante de ellas, no lo pude soportar. Es que pronunciarlo en voz alta es tan... cruel.
Y sí, unos meses antes de que muriera, nos hicimos una foto con todos los nietos. Por eso tu foto me ha tocado...
También le llamaba yayo.
Últimamente he estado pensando mucho en él, me ha sorprendido que pusieras esta entrada, me ha hecho revivir esos tiempos...
Es difícil superarlo, pero muchos abrazos. Tú síguele recordando como cuando estaba vivo y sano, y no como cuando estaba enfermo. Y recuérdalo siempre, porque seguro que se lo merecía...
Besos y abrazos.
PD: Por último te digo que llevaba un tiempo leyendolo todo, pero no quise comentar. Soy Nell.
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